Creemos que Dios desea para sus hijos la salud física y espiritual. De esta manera, la iglesia obedece la instrucción bíblica de orar por los enfermos para que sean sanados.

Creemos que hoy como en los días de la Iglesia Primitiva, el Señor Jesús continúa confirmando Su Palabra con milagros de sanidad y liberación sobrenatural del poder del pecado, de las maldiciones que afectan el alma y el cuerpo con enfermedades y del mismo Satanás (Santiago 5:14-16; Marcos 16:17-20).

Creemos también en la ayuda que puede proporcionar la ciencia médica a las enfermedades que son orgánicas y producto de los trastornos en el mundo natural; agradecemos a Dios por ella y de ninguna manera el Evangelio se opone a uso y práctica de los medicamentos debidamente recetados y/o aprobados por el Ministerio de Salud Pública. Pero sobre todo creemos que existe el poder sobrenatural de Dios que se manifiesta en aquellos que se acercan a El con fe y sinceramente.


El arrepentimiento es obra de la Gracia de Dios que permite al hombre reconocer su pecado. No es otra cosa que el Espíritu Santo “convenciendo” de pecado, justicia y juicio (Jn.16.8-11). Este cambio de manera de pensar, sentir y actuar es la expresión del “nuevo nacimiento”. El hombre salvo experimenta el rechazo al pecado como reacción propia de su nueva naturaleza en Cristo y por la fe vive conforme a la Justicia de Dios revelada: “como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Ro.1.17).

El hombre ya no ve a Dios como lejano y ajeno a su vida, sino como El Salvador y dueño de su ser. Jesucristo ha pasado a ser Su Señor. Le pesa haberle ofendido y por haber sido reconciliado por la sangre de Cristo, es su deseo agradarle y mantener firme su profesión de fe a través de una vida rendida a él, con una vida santa y una conducta de acuerdo a su nueva naturaleza.

Por ser justo, habiendo experimentado el haber sido justificado, siendo esta una obra completa y perfecta, realizada una vez y para siempre en Cristo muriendo en la Cruz del Calvario, ahora vive en el poder de Su resurrección, una nueva vida y entra a vivir el proceso de santificación. En este proceso aprende a vivir según lo que ahora es. Como nueva creación, según el hombre interior (Ef.16) es fortalecido con poder por el Espíritu Santo; sin embargo, hay momentos donde es contristado cuando comete algún pecado como expresión del “viejo hombre” (Ef.4.22), y al confesarlo a Dios, recibe el perdón sin haber dejado de ser salvo (1 Jn.1.9).
CREEMOS:

  • En la Biblia como la Palabra inspirada e infalible de Dios (2 Timoteo 3:15-16)

  • En un Dios, eternamente existente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. (1Juan 5:7; Mateo 28:19; Marcos 12:29; 2 Corintios 13:14).

  • En el nacimiento virginal de Cristo, su muerte vicaria y expiatoria, resurrección corporal y ascensión a los cielos (Isaías 7:14; 1 Corintios 15:3,4; Romanos 8:34; Hechos 1:10,11).

  • En la salvación por medio de la fe en los méritos de Jesucristo (1 Juan 1:7; Efesios 1:7).

  • En el bautismo en agua por inmersión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 3:16; Romanos 6:3-5).

  • En el poder santificador del Espíritu Santo, que obra en el creyente y vive una vida santa (Hechos 12:14; Pedro 1:15,16; 1 Corintios 6:9-11).

  • En la sanidad divina por medio de la obra redentora de Cristo en la Cruz (Isaías 53:4; Mateo 8:16, 17; Santiago 5:13,14).

  • En el Bautismo en el Espíritu Santo con la evidencia inicial de hablar en otras lenguas (Hechos 2:4-11; 44-46; 15:7,8).

  • En la Segunda Venida de Jesucristo y la Resurrección de los muertos (Apocalipsis 19:7-9; 1 Tesalonicenses 4:16,17; Juan 14:3).


La Vision es
“Es predicar el evangelio, para ganar personas para Jesucristo. Formar discípulos para enviarlos a predicar, a fin de transformar la ciudad, la nación y el mundo con el mensaje del evangelio”.